Me gusta conversar contigo en el idioma de los besos,
oír los poemas de tu aliento que surgen como brisas del corazón,
compartir un roce alado de tus labios con pasión y sin razón,
es miel en panal bendecida en mundos de bosques traviesos.
Desnudo mi alma frente al espejo cercano de tu mirada,
creando de ese océano miles de senderos de certezas y moras,
nace hoy un nuevo día con la luz de renovadas esporas,
de nuevo mi velero surca al ritmo de la vida ansiada.
Caminan mi pies hasta rozar la arena blanca de tu felicidad,
con manos de artesano acaricio tu piel desbocada de pasión,
cierro los ojos y empiezo a volar desde el norte hasta la hilaridad.
Oigo preguntas sobre la latitud y la longitud de tus besos,
solo aquel que aprendió este idioma contigo sabe de la respuesta,
viene ya la música al sur de este poema, llegaron tiempos de recesos.
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