A MI PADRE

Dios de pelo cano diste luz en mundos apagados,
antorchas de vida mezclada con otro elixir,
ingenuos todos quienes soñaban fácil tu vivir,
por tesón hasta ti llegaron tus tres ángeles alados.

Creció deprisa tu alma con fuerza ganadora,
en tus manos siempre la vida en cuarto creciente,
amigos mil adorando tu cantar resplandeciente,
con palabra certera nunca de fiera demoledora.

En vida fuiste hijo, amigo, esposo, padre y hasta abuelo,
cuan corto fue el paso para tan gran guerrero,
un solo sorbo agotó el sabor de tu sol de caramelo.

Sonríe pues nunca tu esencia quedó en cuba de vidriero,
dos estrellas tuyas mantienen vivo el acero,
allá donde cantes padre, no olvides nunca que te quiero.