Isla algodón

Bienvenidos a esta vuestra isla algodón, en ella quiero que vuestra luz no deje de iluminar mis días y mis noches, a cambio os cedo todo el amor de mi corazón y de mis pensamientos.

Bienvenidos a esta vuestra isla algodón, en ella quiero que vuestra luz no deje de iluminar mis días y mis noches, a cambio os cedo todo el amor de mi corazón y de mis pensamientos.

sábado, 13 de octubre de 2012

MUCHAS VECES

Muchas veces... son demasiadas para no tener el embrujo de tu mirada, cuan lejanas quedan hoy las sombras de nuestras almas entrelazadas, en aquel camino de sonrisas y besos, allí quedaron un día sembramos a la luz de un silencio, aún siguen cayendo lágrimas de aquel naranjo de nariz veteada y frondosa cintura, ya no ríe con las prosas del juglar que cada noche volvía a sus aterciopelados brazos, fue en un cruce, en un cruce de miradas que los corazones se acompasaron en corcheas y semicorcheas de melódica belleza, en tu orilla de azul quedé embarrancado para no salir nunca sino era dañado, de cuanto soñé tú lo creaste, diste color pastel a los susurros pretendidos, aroma a los amaneceres de tormenta, te di mi piel para sembrar el camino y mis manos abiertas palmas arriba para mecer cada uno de los días, muchas veces... son demasiadas para no tener tu agradable mirada de buenos días, luchamos en campos de manos dadas, plantamos sueños entre bosques de mariposas, volamos hasta nuestro ignoto planeta floreado de cala, rozamos con nuestros cuerpos las sabanas de las ocres olas de pasión, un millón de anclas brillaban en el fondo de nuestro océano y nos arrastraban hacia nuestra isla tanto soñada, muchas veces... son demasiadas para no rozar tu voz con mi alma, hoy aparto cada gota de agua de todos los mares, buscando el reflejo de la luna en tus labios, solo oigo poemas narrando la belleza de tus actos y percibo los celos por ser vagón en tu viaje, espada de rosas y yelmo de amapolas arañan y sanan la corteza del viejo naranjo, varias letras adornan su pecho burlando al azar y una frase reluce con tinta de ámbar, muchas veces... muchas veces no son demasiadas para amar tu amar.




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