Islas de albahaca que nunca enloquecen,
corales de rubí hacen de guardia y guía,
amando las especias de tu alegría,
buceo entre sueños que no me pertenecen.
Se escapa el amor entre los surcos de los dedos,
entremezcla de libertad, espuma y vida,
nadie puede ser gobierno justo de elegida,
ajena tú siempre de semejantes enredos.
Alas de león de vergüenza fingida,
desarmas con suave voz la senda bondadosa,
romance ardiente en almas de mariposa,
clamor divino es en ti, mi bandida.
Suenan latidos en las arenas del almacén,
diez mil pensamientos arañan mi puerta,
gritando a los vientos de alma incierta,
mientras yo, sigo teniendo sueños, que no me pertenecen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario